La Casa del Vino de Santa Brígida es el centro neurálgico que permitirá planificar y diseñar una jornada de enoturísmo única y personalizada como gran complemento al turismo de sol y playa. Para ello ofrecerán visitas a la mayoría de las 33 bodegas que figuran en la Guía del Vino de Gran Canaria, y así intentarán dar a conocer el proceso de elaboración de sus vinos en cualquier comarca productora, el paisaje y patrimonio, y realizar actividades como pernoctar o hacer senderismo. Todo gracias a la Ruta del Vino de Gran Canaria, recientemente inaugurada en las bodegas históricas de Bandama (1912), San Juan.
Aunque en San Juan tuvo lugar la presentación de la Ruta, no sólo se limita a esta comarca vitivinícola, sino que cabe en cualquier rincón de la geografía insular, desde la Caldera de Tirajana al barranco de Guayadeque, pasando por Los Hoyos o La Culata. El bautizo concluyó con una cata comentada en la bodega Plaza Perdida, otra joya de la viticultura de Bandama.
Además de poder elegir la ruta que más se desee con la aplicación móvil se podrán conocer todos los viñedos, el proceso de elaboración y cómo llegar, y así poder probar los mejores productos de cada bodega.
Para presentar este nuevo recurso turístico, en la bodega de San Juan de Bandama interpretaron una escena de ‘La Vuelta al Mundo’ que a principios del siglo pasado daban los cruceristas por los bochinches de Monte Lentiscal. También recibieron la visita de John Miller y Carmen Millán para rememorar la excursión de ‘la vuelta al mundo’ que hacían los primeros turistas.
El presidente del Cabildo, Antonio Morales, resaltó la necesidad de «aprovechar el patrimonio cultural, etnográfico y gastronómico» para diversificar el modelo turístico y deseó que esta ruta abra otras, la del queso, la de la miel, la del café y otros productos «que nos identifican».
El presidente de la Denominación de Origen de Gran Canaria, Luis López, alabó esta propuesta para situar a los vinos isleños en el lugar que se merecen, ya que son unos productos elogiados por consumidores y expertos por su particular sabor y textura dado por el clima y la tierra volcánica, y fomentar así su consumo dentro y fuera de España, pues en 2017 ya se exportaron 11.800 litros.
Noticia publicada por Enoturismo 360