Conociendo a nuestro Presidente, entrevista a D. José Luis Murcia publicada por we love Montilla Moriles
Entrevista: Rosa Marqués @rocamarca. Fotografías cedidas por la AEPV.
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José Luis Murcia: “En las tabernas de Córdoba capital, salvo honrrosísimas excepciones, no existen vinos de Montilla-Moriles”.
Encontramos al presidente de la Asociación Española de Periodistas del Vino (AEPV) en su despacho, aunque normalmente José Luis Murcia está viajando por el mundo. Debido a la situación sanitaria actual, la mayoría de los actos en los que participa están cancelados o postpuestos. “No he podido ir a Alemania, ni a la República Checa ni a Francia…”, enumera el presidente de la AEPV, quien remata con la frase: “Esto es un desastre absoluto pero es lo que hay. Esperemos que dure lo menos posible por el bien de todos”.
Además de un gran conocedor del panorama internacional del vino, habitual miembro de jurados en catas y concursos internacionales, el presidente de la AEPV es un gran amante del marco de Montilla-Moriles. En esta entrevista nos cuenta en qué momento estamos y cuáles son los principales males que hemos de atajar todos los que remamos en la misma dirección, que no es otra que darle el sitio que se merecen a los vinos generosos españoles, y en concreto, de Montilla-Montiles.
¿En qué consiste la Asociación Española de Periodistas del Vino?
Somos periodistas y escritores del mundo del vino. Tenemos un grupo de gente dedicada en su totalidad al periodismo en activo, licenciados en periodismo que dedican su tiempo al sector, pero también gente del mundo editorial que ha escrito, al menos, tres libros sobre el sector. Después tenemos otra parte de la asociación más amateur, que concierne a blogueros, escritores, aficionados y amantes del vino que, según nuestro entendimiento, están de una manera seria dedicados al sector, es decir, publicando material informativo y divulgativo sobre el vino siempre con un código ético que básicamente es atenerse a la verdad y no estar vinculados con ninguna marca. Somos cerca de 200 miembros de toda España.
¿Tenéis conexiones con otras asociaciones internacionales de periodistas del mundo del vino?
Sí. Hay una asociación internacional, cuya sede está en París y a la que pertenecemos una cincuentena de países.
Eres castellanomanchego, tierra también de vinos pero tienes una especial vinculación con la zona Montilla-Moriles. ¿Por qué?
Con Montilla-Moriles tengo un amor mutuo desde hace mucho tiempo. Tengo muchos amigos cordobeses y esto de alguna manera me ha hecho amar el vino de Montilla-Moriles. Yo soy una persona que va muchísimo a las tabernas y no solo a las de Córdoba, donde desgraciadamente hay menos Montilla-Moriles del que nos gustaría. Sí que hay pueblos donde está bastante arraigado como en las propias Montilla y Moriles. Y sí, es cierto, tengo especial predilección hacia sus vinos y hacia estas tierras albarizas que me enamoran.
Como conocedor de otras comarcas, y conociendo las fortalezas de nuestros vinos, ¿cuáles dirías que son las principales debilidades?
Una de las principales debilidades del vino de Montilla-Moriles reside en las propias tabernas de Córdoba capital, donde salvo honrrosísimas excepciones, no hay vinos con el sello de la D.O o hay muy pocos.
Se han acostumbrado a tomar los vinos sin filtrar de antaño, de dudosa calidad y desgraciadamente eso hace mucho daño. Cuando llega el turismo internacional, y Córdoba es de las ciudades españolas que más recibe, es una imagen la que se lleva absolutamente errónea y equivocada de lo que son estos vinos. Los taberneros dicen que los clientes están habituados a ese tipo de vinos. Pero creo que se equivocan.
Me consta que por parte del Consejo Regulador se están haciendo muchísimos esfuerzos por mejorar ostensiblemente esta situación. Yo creo que falta una importante presencia real de los vinos de Montilla-Moriles en Córdoba. Y luego hay otra dimensión que es necesaria. Hasta ahora Montilla-Moriles solo ha tenido una extensión internacional vinculada, no sé por qué, con Holanda, pero debería salir a más ciudades del mundo porque son vinos genuinos, diferentes… Porque hasta dentro de los propios vinos de Montilla-Moriles hay vinos de Montilla y vinos de Moriles y lo digo muy claramente: existe diferenciación de las zonas en la propia Denominación y eso hace que sea un vino espectacular, diferente, genuino. Y hay que venderlo.
Muchos de los que lo elaboran nos cuentan que el público de estos vinos es un público mayor, que ya estos vinos no se llevan…
Eso es una percepción de hace años. Es una cuestión que está cambiando. De hecho, ahora de nuevo los vinos generosos están de moda en el mundo. Han pasado momentos complicados todos, desde los oportos a los marsalas, a los jereces, a los Condado de Huelva… Todos han pasado una travesía del desierto, pero creo que justamente ahora estamos en un momento que sucede todo lo contrario.
Todavía la gente te sorprende diciendo: “He probado un palo cortado… No lo conocía. Qué maravilla”. Creo que nos falta mucho profundizar y, luego, evidentemente, debe existir el aprendizaje. Para eso están los vinos de tinaja, los vinos jóvenes… para iniciarse y pasar por los siguientes estados hasta llegar a los grandes vinos de Montilla-Moriles.
Qué percepción se tiene en el mundo de los Montilla-Moriles. ¿Se les conoce? A veces pienso que es, ya de entrada, un nombre tan largo, tan complicado para una lengua extranjera…
Hay un desconocimiento profundo. Lo conocen los winelovers y, no todos, algunos. Los amantes del vino y los que están muy metidos en el sector sí los conocen. Yo que cato vinos internacionales, muchas veces en las mesas de generosos, obviamente, tanto portugueses, como holandeses, belgas y suizos… sí conocen Montilla-Moriles pero es verdad que no los conocen bien.
Te diré como referencia que un día estando en una cata que un vino que no era de esta comarca, pero era un excelente palo cortado, alguien me dijo que ese vino no era bueno y yo le pregunté por qué. Y es que era una tipicidad, es decir, que el señor que estaba catando este vino no tenía ni puñetera idea. Le dije que igual que yo había aprendido a catar vinsantos italianos, o vinos georgianos, por ponerte ejemplos de vinos especiales o raros, usted tiene que ponerse las pilas y aprender qué es un vino generoso español.
Hay que hacer una labor didáctica enorme.
Sí, es una labor de mucho tiempo y me consta, repito, y lo quiero expresar aquí, que la Denominación de Origen lo está haciendo muy bien y está haciendo mucho por el sector no ahora, sino desde hace años. Pero es una labor difícil y al final, lo conseguirán pero tras muchos años de esfuerzo y de trabajo.
Hemos leído estos días pasados, y saliendo un poco a otras comarcas, que algunos Consejos Reguladores de España viven uno de sus peores momentos.
Igual que hemos hablado de Montilla-Moriles, veo otros que otros tienen problemas bastante serios. Por ejemplo, muy cerca de donde yo vivo. Hay enfrentamientos entre productores e industriales y esto no es bueno. Primero, los Consejos Reguladores deben repensar cuál es su papel y después, una vez que esté pactado, hay que ir todos a una, porque estamos en un mundo que si va cada uno para un lado, el carro no avanza. Las Denominaciones de Origen tienen que repensar para qué fueron creadas, sus reglamentaciones y, en general, tienen que permitir mayor libertad, teniendo lógicamente sus corsés para definir cuál es la dirección de sus vinos. Pero dentro de esto han de procurar ser un poco más libres, escuchar más a los enólogos…
¿Cómo funciona un Consejo Regulador por dentro? ¿se pagan unas cuotas que luego se convierten en un mayor peso dentro de la toma de decisiones?
Esto ocurre en algunas Denominaciones de Origen. El gran peso de uno o dos industriales hace que todo sea mucho más difícil. Pero es que este es un sector muy complejo. Por hablar en general. El sector cuenta con más de 4.000 bodegas. Es decir, que para que la Organización Interprofesional del Vino de España llegue a un acuerdo tiene que haber cuatro mil y pico voces. ¿Sabes cuántas voces hay que poner de acuerdo en el mundo de la cerveza? Seis. Esos seis deciden por dónde va a ir el mundo de la cerveza y de su promoción. En nuestro sector todo está muy atomizado, que no es nada nuevo. Es así. En Francia son muchos más y en Italia todavía muchos más. Pero con eso y todo, se funciona. Lo que hay que plantearse cada uno desde su parcela o donde esté es qué puede hacer por intentar trabajar a favor de esos vinos y del grueso del sector. Todos juntos.
¿En qué momento se encuentra el vino español en relación a nuestros vecinos franceses o italianos, que suenan siempre tanto?
Cada vez las distancias son más cortas, pero todavía estamos muy lejos. Ya me gustaría a mí vender nuestra calidad como Francia y tener el márketing que tiene Italia. Italia es el mejor vendedor del mundo en vinos, y Francia tiene el don de la calidad, y libretas con más de 350 años de antigüedad en las bodegas. Y esto les hace ser únicos. Nosotros estamos trabajando en esa línea y, cada vez, estamos más cerca.
Pero hasta que España no tenga ubicadas en el mundo 100 o 150 marcas, marcas posicionadas, no tendremos la proyección que tienen ellos. Incluso corremos el riesgo de que nos adelanten por la derecha o por la izquierda países como Australia, Chile o Nueva Zelanda que vienen pegando fuerte.
¿Cuántas marcas de vinos españoles tenemos posicionadas en el mercado?
En los mercados internacionales tenemos unas 20 o 25. Hay mucho trabajo por hacer. Esto no quiere decir que una marca determinada española no venda muy bien, sino que, a lo que me refiero con “posicionada” es que esa marca aparezca en la revista Wine Spectator o que los grandes Master of Wine o que los grandes gurús del mundo del vino digan: “Señores, estas son las 150 marcas españolas que merece la pena conocer”. Hasta que no lo consigamos estamos un poco lejos de nuestros vecinos.
Hay documentales como Sour Grapes, que dibujan muy bien el mundo del vino como inversión, las grandes subastas y también las grandes estafas… ¿En general, los vinos más caros del mundo valen lo que valen?
Mucha gente me ha preguntado si un Pétrus vale lo que vale. Y yo respondo: ¿Un Picasso vale lo que vale? Cuando uno paga por un cuadro, y yo soy un enamorado del Arte, una cantidad de dinero exorbitante, está pagando una parte de trabajo y una gran parte de emoción. Aquí pasa lo mismo. No es cuestión de engaño.
Una persona puede considerar lo que vale un vino, mejor dicho, lo que vale para él. Y eso hace que el vino sea más caro o más barato. Pero también es puro mercado. Hay gente que me dice si he visto que el champagne se vende a 18 o 20 euros el litro frente a un cava que se vende a 12 euros el litro. Sí, hay cavas que son tan buenos como el champagne, pero también los costes de la producción del champagne este año serán superiores a los ingresos. Lo que quiero decir es que es el mercado. Aquí en España estamos acostumbrados a que bajen los precios hasta el punto de perder dinero, en muchos casos. Eso lo sabemos muy bien en La Mancha, en Montilla-Moriles…
Aquí en Montilla-Moriles, y hablando de vinos que son tesoros escondidos…. Hemos visto marcas o grupos de enamorados de estos vinos, como Equipo Navazos, que comenzaron a lanzar al mercado auténticas joyas que habían “descubierto” en la comarca para fortuna del consumidor. ¿Crees que aún hay mucho por descubrir?
Sí, mucho. Un ejemplos son Los Altos de Moriles que siguen siendo los grandes desconocidos. Y no solo te hablo de los grandes vinos que se pueden hacer allí como los palos cortados, los olorosos, los amontillados… Te hablo de los finos normales que allí son espectaculares.
¿Se puede lanzar un mensaje de optimismo al sector del vino en estos momentos?
Lanzar un mensaje de optimismo en estos momentos es difícil. Sé que el mundo del vino va a resurgir, no sé si en 6, 8, 12 meses, 2 años… No lo sé. Y aunque desgraciadamente se va a quedar gente por el camino, espero que más pronto que tarde el sector del vino recupere el lugar que le corresponde porque será que la economía ha tomado por fin impulso para empezar a funcionar.
La primera esperanza viene del mercado chino que ha sido el mercado que más ha castigado al mundo del vino con esta crisis, porque cuando hay una pandemia la gente empieza a gastar menos dinero. En estos momentos China empieza a florecer. Hablamos de que esto está ocurriendo este mes, septiembre de 2020, y eso, al menos es una pequeña esperanza de lo que nos llegará a Europa. A ver si esta puñetera pandemia nos deja en paz o nos da por lo menos una tregua importante para recuperar todo lo que hemos perdido en el sector del vino y activar el mercado internacional, que para España es vital. Somos un país que produce por encima de 40 millones de hectolitros y exportamos 20 millones, mientras aquí, en España existe un consumo de 11 millones. Es decir, tenemos que seguir vendiendo mucho y fuera.
¿Está ayudando la venta online de vinos en esta crisis?
El online es posible que haya incrementado sus ventas un 400% o un 600% pero arrancábamos de tan poco que, en realidad, este volumen es muy poco en cifras contantes y sonantes. Las bodegas están en ello, pero tienen que ponerse más en serio con esto.